El experimento llevado por el guionista Mark Waid en el Vol.4 de Daredevil a dado pie a uno de los tebeos mas frescos, dinámicos y divertidos que Marvel a publicado en mucho tiempo.
Dicho experimento toma como base la lógica que Morrison aplicó a Batman, mediante el cual todas las etapas de un personaje podían tener cabida y a su vez respetar la esencia original del mismo. Esto sumado a un libro de estilo visual muy definido donde se a tratado de romper con la estética pesimista que suele ir unida a los tebeos del Hombre sin Miedo y unas historias envolventes repletas de acción y suspense han conseguido que esta etapa vaya a ser recordada como una de las mas logradas desde que Miller toco con su varita al personaje. Deberíamos de recordar a Ann Nocenti si bien el éxito de esta ultima estuvo basado en ahondar en el universo creado por Miller lleno de critica social y sordidez, la apuesta de Waid a ido mucho mas allá y se podría calificar de mas osada, irreverente y divertida.
Este Daredevil no es otro personaje: Su tragedia personal sigue estando presente pero aplicando la lógica aplastante que dice que un ser humano puede cambiar su perspectiva sobre la vida y hacer que ese enfoque cambie su percepción sobre la misma y el mundo que le rodea. El Matt Murdock de Waid si acepta su tragedia pero le añade unas dosis de fina ironía y sana auto parodia muy necesaria a la mortificación a la que nos tiene acostumbrados. Al mismo tiempo Waid no olvida el pasado mas “pasado” del personaje, esas épocas pre-miller donde Daredevil no tenia un universo excesivamente definido lo que le hacia protagonizar aventuras en ocasiones abiertamente surrealistas.
Así Waid realiza una magistral y sorprendente alquimia con el personaje y de paso recupera el espíritu original de Marvel en su concepción mas clásica y básica, tanto a nivel narrativo como visual. Es una vuelta al “Acción, Amor,Humor y Drama al estilo Marvel” sin que esto sea un tebeo retrospectivo con el sello de Kurt Busiek y huela a naftalina..,uno de los mayores defectos a la hora de recuperar las virtudes de una época determinada.
Veremos a Daredevil encontrarse a viejos enemigos del pasado, viajar a lugares como Latveria, Wakanda o compartir trama junto a los monstruos clásicos sin que esto signifique que los principales adversarios del personaje y sus mayores preocupaciones hayan desaparecido. Estarán presentes y jugaran un papel muy importante en momentos clave de la historia principal.
Por desgracia ya no es sorprendente que los reinicios editoriales y los estrenos televisivos afecten a colecciones que en principio no deberían de perder su estatus si las cosas se están realizando de la manera correcta. En el caso de Daredevil esta etapa a finalizado para traer de nuevo al Demonio de la Cocina del Infierno en su acepción mas clásica.
En pleno 2016 donde los aficionados tratamos de auto-convencernos de que la continuidad es un lastre a la hora de analizar una película o serie de televisión basada en un personaje de cómic, aún asimilamos de la peor manera posible que dicha continuidad no se muestre respetuosa con los seguidores de una colección. Tal vez lo mínimo que se le podría pedir a una editorial es que al menos la transición entre etapas se lograría de la manera mas correcta posible y precisamente esto es lo que no se a hecho en la nueva andadura de Daredevil.
Por increíble que suene un nuevo “Mephistazo” ha provocado que buena parte de lo narrado anteriormente pierda parte de su sentido. La identidad de Daredevil vuelve a ser un misterio para todos, a dejado la bahía y vuelve ser el guardián de la Cocina del Infierno. Regresan las tramas mas sórdidas y el estilo mas reconocible del personaje. El éxito tal vez inesperado de la producción de Netflix incluso altera su uniforme que ahora luce mas oscuro y urbano. Cuenta con un ayudante y sus historias tratan de no recelar por completo de la frescura aportada por Waid aunque caen de nuevo en los tópicos de Miller.
Este volumen 5 esta guionizado por un Charles Soule al que todavía no se puede evaluar en su justa medida ya que las decisiones editoriales mencionadas anteriormente afectan completamente dicho análisis. Un sobrio y nada sorprendente Ron Garney acompaña a los lápices dando el tono esperado que requieren las historias mas predecibles del personaje.
Era muy difícil que la apuesta de Waid habría sobrevivido muchos años pero la transición entre la etapa citada y la actual se a hecho una vez mas de la peor manera posible, lo peor es que esto ya comienza a ser la tónica habitual dentro de los tebos de Marvel y Dc donde su Convergencia de Medios indica que el cómic es el pedazo de pastel menos lucrativo, así que este deberá estar supeditado al éxito de sus versiones fílmicas y televisivas para tener una mayor autonomía o arrastrar la dinámica de las audiencias al margen de los mismos.
Y esto ultimo es lo realmente triste..
Oskar Kaos.
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